Ju-Jitsu

Ju-Jitsu significa literalmente ju: ágil, flexible, gentil y jitsu: arte, técnica.

Se trata de un método de explotar los potenciales de nuestro cuerpo y mente así como la energía del adversario para, en caso de conflicto físico, derrotarle de manera rápida y contundente, ello con el mínimo riesgo para quien lo practica y mediante el empleo de golpes, proyecciones, luxaciones, etc… según las circunstancias. Más abajo incidiremos sobre ello.

Las raíces de Ju-JItsu se remontan a más de 2000 años atrás y están profundamente arraigadas en la historia japonesa.

Se desarrolló por los guerreros de Japón y de él nacen otros deportes y artes marciales, así el Judo, el Aikido, varios estilos de Karate, etc… en todos ellos pueden verse técnicas y métodos de Ju-Jitsu.

Su periodo de esplendor se inicia a fines del siglo XVI, como decimos en Japón, llegando a su máximo apogeo en el XVIII, donde había multitud de escuelas, y perdurando hasta la aparición de las armas de fuego, época esta en la que languidece hasta llegar a mediados del sigo XX, coincidiendo con su divulgación y modernización en occidente.

Por lo que respecta a nuestra escuela (Goshin ryu) su método se compone de dos partes:
1.– Trabajo sin armas

2.– Trabajo con armas de reducido tamaño: Tambo, Kubotan y Yubibo

Este aprendizaje lo articulamos a través de la práctica de un programa preestablecido –katas- (90 cadenas de técnicas a desarrollar distribuidas en grados –de cinturón blanco a negro-) y del trabajo libre, en sus dos facetas, randori –con mayor control en impactos, etc- y shiay (también denominado “kik-jitsu”), actividad esta optativa para el practicante y que requiere de este cierto nivel de conocimientos ya asimilados (mínimo cinturón amarillo) y del uso de equipo de protección individual (guantes, espinilleras, cuquillera, etc)

Desde el punto de vista de la protección personal el Ju-Jitsu nos enseña a hacer frente a ataques de una o varias personas, porten o no determinados tipos de “armas”. Es en este ámbito de cosas, el de la defensa propia o de terceros, que las katas más arriba referidas parten en su desarrollo de un intento de agresión del adversario, armado o no: ataques de puño, patadas, agarres, etc…

El Ju-Jitsu como es de ver, nos ayuda a tener más confianza en nosotros mismos y un mayor autocontrol. Así, junto al entrenamiento físico, juegan un papel primordial la actitud, lo psíquico. Cuerpo, mente y espíritu son tres valores indisociables en esta como en otras artes marciales. El esfuerzo, la atención, la concentración, la humildad, el respeto, el trato periódico con el grupo, la cortesía, la disciplina… se desarrollan con la práctica constante de esta actividad.

Para terminar, como creemos que pasarlo bien es aprender antes y mejor, hacer mención que el grupo que practicamos Ju-Jitsu solemos organizar actividades lúdicas que fomentan el compañerismo, la camaradería, etc… y de las que, quien así lo quiere, puede disfrutar incluso en familia (cenas, fines de semana en la Costa Brava, reducidas estancias en el extranjero p. ej.)